Como vimos la semana pasada, la cocina es el escenario idóneo para la iniciación y propagación de un incendio. El fuego unido a la gran concentración de aparatos electrónicos y fuentes de ignición hacen que debamos prestar especial cuidado a esta parte de nuestro hogar.
La limpieza es otro de los puntos fundamentales para evitar incendios. Desengrasar el extractor de humos y liberar la cocina de artículos como periódicos o ropa puede ayudar a que, en el caso de que se produzca un incendio, este no se expanda.
Tampoco es recomendable que cocinemos cuando nos mantengamos bajo los efectos del alcohol o algún tipo de medicación que reduzca nuestras capacidades.
Para ser más precavidos también podemos tomar medidas tales como desconectar todos los aparatos electrónicos como la tostadora o la freidora, que no tienen un uso continuo. De este modo evitaremos posibles problemas y descuidos. También es conveniente que prestemos atención a las instrucciones de los electrodomésticos y los coloquemos de tal manera que se facilite su ventilación.
Mantener a los niños fuera de la cocina, especialmente mientras nos encontremos guisando es una medida preventiva que puede ayudarnos a prevenir accidentes.
Estos son algunos de los consejos básicos que nos ayudarán a evitar que se produzcan incendios en nuestras cocinas.